Hoy vengo a revelarte un secreto que los filósofos conocen desde hace siglos, pero que la mayoría de nosotros hemos ignorado... hasta ahora. Es algo tan simple que te hará preguntarte: "¿Por qué no lo pensé antes?"
Y sí, tiene que ver con cómo podrías resolver el 95% de tus problemas.
Te presento a Blaise Pascal, un filósofo y físico francés (sí, de esos que llevan pelucas y se toman el té pensando en cosas profundas).
Este buen hombre, que vivió hace unos cuantos siglos, nos dejó una joyita:
“La infelicidad del hombre se basa en una sola cosa: en su incapacidad de quedarse quieto en su habitación”
¿Pero qué nos está diciendo este loco? ¿Que la solución a nuestros problemas es... quedarnos sentados haciendo nada? Bueno, más o menos.
Lo que Pascal está tratando de decirnos es que muchos de nuestros "problemas" realmente no son problemas, sino que son producto de nuestra necesidad constante de cambiar, movernos y resistirnos a lo que ya es.
Y ojo, que no digo que el cambio esté mal, ¡el ser humano necesita progreso! Pero a veces lo único que necesitamos es aprender a... (redoble de tambores) ¡aceptar!
Sí, así de simple.
¿Qué el ascensor está dañado y tienes que subir por las escaleras?¿Qué vas con unos minutos de retraso a una reunión?¿Qué ese ascenso no llegó en los últimos seis meses?
Esas cosas solo son problemas porque nos cuesta aceptar que las cosas no siempre salen como queremos. Y cuando te das cuenta de que muchos de tus "problemas" no lo son, ¡se disuelven como magia!
El truco de Pascal es darnos el tiempo de quedarnos quietos, en silencio, y escucharnos. Porque así resolveremos nuestros verdaderos problemas, que son internos.
Me pareció interesante compartirtelo.
Saludos,
Nicolás
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