No, no te estoy hablando de la teoría de que la vacuna del COVID vino con un chip oculto que reprogramó tu cerebro para hacerte un esclavo de la depresión, la tristeza y la infelicidad.
Lo que te voy a contar es más aterrador… y mucho más real.
Resulta que un neurocientífico de la Universidad de Washington, Marcus Raichle, hizo un descubrimiento que cambió para siempre lo que sabíamos sobre el cerebro humano. Sin exagerar, hay un antes y un después en la neurociencia gracias a él.
Y su hallazgo explica por qué tú y yo pasamos tanto tiempo sintiéndonos infelices sin siquiera darnos cuenta.
¿Te identificas con la sensación de estar atrapado en un ciclo interminable de preocupaciones? Pensando en los errores que cometiste en el pasado o en cómo vas a lograr todo lo que “deberías” alcanzar para sentirte bien. Desde ser un buen hijo o un empleado responsable, hasta intentar mantener a flote tus relaciones o encontrar tiempo para pasear a tu mascota. Si esto te suena familiar, sigue leyendo.
Raichle estaba investigando qué áreas del cerebro se activan durante diferentes actividades. Para hacerlo, comparó cómo funciona el cerebro de las personas mientras realizan tareas específicas con lo que sucede cuando están “haciendo nada”.
Lo que encontró fue absurdo: en tareas difíciles, como contar hacia atrás de 13 en 13 desde 1475, ciertas regiones del cerebro se desactivaban.
Parecería lógico pensar que en tareas complejas el cerebro estaría más despierto, pero lo contrario estaba ocurriendo.
En otras palabras, cuando no estamos haciendo nada, hay regiones del cerebro que se activan mucho más que cuando estamos concentrados en una tarea demandante.
Pero cabe preguntarse, ¿qué estaba sucediendo en la mente de estas personas cuando no hacían nada? Porque, como tu y yo lo sabemos, uno realmente nunca tiene la mente en blanco.
La respuesta, sin sorpresa: sus mentes divagaban, enfocadas en pensamientos como “¿cómo me estará yendo en este experimento?” o “¿qué estarán aprendiendo de mí?”. En resumen, todo giraba en torno a ellos mismos.
Esto es lo que llamamos la Red Neuronal por Defecto: la parte del cerebro que se activa cuando no estamos enfocados en algo específico.
Por eso, cuando investigadores de Harvard pidieron a miles de personas reportar su nivel de concentración y estado de ánimo en diferentes momentos del día, a día, no se sorprendieron con el resultado:
las personas piensan en lo que no está ocurriendo casi tanto como piensan en lo que realmente está pasando… y eso normalmente las hace infelices.
¿Por qué? Porque repetimos una y otra vez conversaciones internas sobre nuestras preocupaciones, relaciones y ansiedades. Y nos sentimos aliviados cuando logramos apagar esa cháchara mental.
Esa es la razón por la que los deportes extremos son tan atractivos. El peligro exige tanta concentración que todo lo demás se desvanece.
La buena noticia es que no necesitas lanzarte en paracaídas todos los días para calmar tu mente. Hay otras formas de desactivar la Red Neuronal por Defecto.
Cuando meditas, esa red se desactiva. En las primeras etapas de la meditación, se activan circuitos cerebrales que inhiben la Red Neuronal por Defecto. Con práctica constante, esas conexiones empiezan a debilitarse.
En otras palabras, te preocupas menos por lo que no está ocurriendo y te vuelves más capaz de concentrarte en el aquí y ahora.
Me pareció interesante compartirtelo.
Saludos,
Nicolás
Puedes revisar mis fuentes aquí:
Comments