Hoy tuve la oportunidad de redescubrir mi ciudad. No es algo que suela hacer: ir a uno o dos sitios turísticos, visitar algún museo, comer algo típico. Suelo estar tan atrapado en el día a día que pienso que no me queda tiempo para ser turista en Bogotá. Además, he vivido casi toda mi vida aquí, así que ya conozco los lugares más emblemáticos.
Ya fui a Monserrate, caminé por La Candelaria, conozco la Catedral de Sal y he visitado decenas de museos que ofrece esta metrópolis. ¿Para qué volver?
Pues bien, por cosas de la vida terminé siendo el guía turístico de dos amigos de Italia y me vi en la tarea de mostrarles todo lo que ya conocía. Mis expectativas no eran muchas, solo pasar un buen rato con mis amigos, pero no esperaba descubrir o aprender algo nuevo. Como te digo: más de 20 años aquí… ya lo he visto todo.
Pero decidí hacer un experimento: llevar mindfulness a mi día. Esto no es más que prestar atención a lo que está pasando en el momento presente, sin juzgarlo. Es como si pusieras toda tu atención en lo que estás haciendo o sintiendo ahora mismo, ya sea cuando estás comiendo, escuchando a alguien o simplemente respirando. Es aprender a estar más consciente de tu alrededor y hacerlo de una manera tranquila, sin preocuparte por el pasado o el futuro.
Esto cambió mi experiencia por completo. Noté los aromas de mi ciudad, de los restaurantes, de las universidades, de los museos. Cada espacio es distinto.
Comí los platos más típicos, los de siempre, pero como si fuera la primera vez que los probara. Encontré un enorme placer en el buñuelo (si no eres de Colombia, tienes que probarlo cuando visites).
Observé el cambio de colores en las calles al ritmo del cambio de las horas. Es una metamorfosis inigualable.
De repente, estaba descubriendo una ciudad completamente nueva, desconocida para mis sentidos, simplemente porque había decidido prestar atención.
A veces se nos olvida el poder de estar en el presente, de vivir en cuerpo, mente y alma lo que sea que nos esté sucediendo en este momento. Y no es algo que necesites practicar mucho para poder experimentarlo (aunque, por supuesto, ayuda).
Solo hace falta tomarte un segundo,
notar tu respiración,
ver lo que está sucediendo a tu alrededor en este momento,
y prestar atención a cómo te sientes.
Haz esto con el desayuno que repites a diario y descubrirás al menos tres sabores diferentes. Hazlo con el fondo de pantalla de tu celular y computadora y notarás colores que antes no estaban allí. Hazlo en una conversación con otra persona y conocerás una parte de ella que antes era imperceptible.
Saludos,
Nicolás
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