Si hay algo que todos compartimos, que todos buscamos, queremos, deseamos y anhelamos, desde tu mamá hasta tu peor enemigo, es esto: amor incondicional.
Me refiero a ese amor que está libre de expectativas. Un amor hacía ti, hacía tu naturaleza, hacía tus virtudes y tus errores.
Todos queremos ser amados de esa forma, pero lo cierto es que pocos saben amar así.
Atamos nuestro amor a expectativas, a la satisfacción de nuestras necesidades, a que no nos hagan sentir inseguros, a que nos den regalos. No está mal, somos humanos y son experiencias que vivimos.
Pero imagínate una persona que sea capaz de amarte a pesar de todo, de perdonar tus errores, de no querer cambiarte. Una persona que esté en paz con quien eres y solo esté feliz de verte crecer. Te estoy hablando de un amor que no sea controlador o posesivo, sino todo lo contrario.
¿Te gustaría estar con una persona que sea capaz de amar así?
Probablemente a todos.
¿Te gustaría ser la persona que es capaz de amar así?
Quizás si. Todos querrían estar contigo, todos querrían que les des eso que solo tu y otras personas son capaces de dar: amor incondicional.
¿Es posible amar así?
De eso quiero hablar hoy.
Las meditaciones centradas en el corazón, en la compasión, están justamente diseñadas para eso. Son prácticas milenarias que se han utilizado para cultivar un buen corazón en las personas y recientemente se ha comprobado que ayudan a las personas a ser más compasivas, más amorosas, más felices, a sentir que su vida tiene propósito, a vivir con mayor paz.
Son prácticas que pueden transformar a cualquier persona, para que sea capaz de dar el amor incondicional que todos queremos.
Acá te comparto tres estudios científicos acerca de los efectos que tiene este tipo de meditación en las personas:
Y acá te comparto una corta meditación centrada en el amor y la compasión que grabé:
Espero sea muy útil para ti.
Nicolás,
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